La gran trampa de la tecnología

Los avances en tecnología que se han vivido en los últimos 50 años han sido extraordinarios. Hemos visto al hombre llegar a la luna, la aparición de la telefonía celular, las computadoras personales, Internet, TV de alta definición, pantallas planas, autos cada vez más eficientes y así por el estilo. Solo que todo tiene un precio y la factura se desglosa así:

Sobreexplotación de los recursos naturales. La nuestra es una sociedad de consumo y como tal debe de ser alimentada constantemente de novedades. Lo mejor, lo más nuevo, lo más grande, lo más chico, lo que nos entretenga, los que nos facilite las tareas, en fin, todo lo que podamos poseer, nos es presentado de manera tal que lo llegamos a necesitar. Lo que no vemos es que para producir todos los productos, se necesita fabricarlos, y para fabricarlos hace falta materia prima, y para obtenerla se debe de tomar de la naturaleza. El problema es que nuestro planeta no es una cornucopia (cuerno de la abundancia, para aquellos que no gustan de las palabras extrañas y de poco uso) y lo estamos agotando.

Basura, basura y más basura. Cuando algo se vuelve obsoleto, termina siendo tirado, ya no se necesita, estorba. Considera la cantidad de basura no orgánica  que arrojamos al año. Solo en la compra del súper, cuanto papel, plástico, vidrio y metal no tiramos. Ahora, está también la basura electrónica (e-waste). Con cada nuevo celular, TV, reproductor, electrodoméstico, computadora, auto que compramos, desechamos el viejo. Si alguien lo llega a aprovechar, excelente, pero los pequeños aparatos y aquellos que sale muy costoso arreglar, terminan en rellenos sanitarios o en países en vías de desarrollo para ser deshuesados, llevando el problema de nuestra basura a todo rincón del planeta.

Actualizarse o morir. Es ridículo que cada vez sea más corta la expectativa de uso y servicio de muchos aparatos y programas. La tecnología está dictaminando cuando debemos de cambiar de aparato o insumo y cuanto habremos de gastar. Nada más en las impresoras, los fabricantes cada vez hacen más difícil el relleno de los cartuchos, lo cual implica tener que comprar nuevos, lo cual significa más basura. Se nos ha entrampado y somos compradores cautivos. La trampa perfecta.

No, no soy un pesimista, se que viene un futuro extraordinario, pero también se que soy responsable de mi hogar. La canción “Our beds are burning”del grupo australiano Midnight Oil lo expresa bien:

How can we dance when our Earth is turning? (¿Cómo es que bailamos mientras la Tierra gira?

How do we sleep while our beds are burning? (¿Cómo es que dormimos mientras nuestos lechos se queman?)

Mientras continuemos comprando y consumiendo de manera indiscriminada, estaremos siendo parte activa de un problema que está aquejando a toda gente de todo lugar.

No compremos por impulso ni por desear lo más novedoso. Compremos lo que en realidad necesitemos, considerando no solo el precio, sino la durabilidad, el efecto que tiene fabricarlo y el efecto que tendrá al ser desechado. Ser un Comprador Inteligente implica ver toda la información y así tomar la mejor decisión posible. Implica no estar ciegos a una realidad y no pensar que no es nuestro problema. Las grandes soluciones son al suma de de todas las pequeñas aportaciones. Aporta, no restes, sino, habrás caído en la trampa.