El calzado para mujer, con el tiempo se va amoldando a la forma del pie y así se vuelve más cómodo. En esta entrada te daré algunos consejos de cómo poder amoldar los que has comprado más rápidamente.
Adaptando y amoldando los zapatos
- Es cierto que te probaste los zapatos y te fueron cómodos, pero no es lo mismo unos pasos de prueba que todo un día con ellos. Primero úsalos en casa y camina en ellos por media hora, eso te dará una buena idea de que tanto necesitan amoldarse u hormarse. Quítate los zapatos y mira tus pies. Fíjate si no hay zonas que se vean irritadas. De ser así, mira dentro del zapato para ver que es lo que provoca el problema. Si es un problema de fabricación, estas a tiempo de regresarlos para un cambio.
- El amoldar el zapato es diferente a acostumbrarse a usar un determinado estilo. Si es de las primeras veces que utilizas tacón o este es más alto de lo que acostumbras, el practicar en ellos antes de usarlos por un tiempo prolongado te ayudará a dominarlos. Primero guarda tu equilibrio (si es frente a un espejo es mucho mejor, así podrás ver el acto de equilibrio que estés haciendo), después da pasos firmes pisando primero con el tacón y después la punta. Cuida de no “bailar” sobre ellos porque tus tobillos lo resienten. Entre más practiques, más tiempo podrás traerlos puestos y vas a tomar más confianza. Ahora, no te excedas al grado de que te agoten. Practica solo hasta que te canses. Este ejercicio también te va a ayudar a saber por cuanto tiempo los puedes traer puestos y así saber a que actividades o eventos en los que tengas que estar mucho tiempo de pie no los vas a llevar… a menos que seas masoquista y quieras estar sufriendo. Usa calcetas o calcetines en el proceso de hormar tus zapatos, de esta manera no solo protegerás tu pie, sino que ayudaras a acelerar el proceso.
- Si no tienes mucho tiempo para amoldar tus zapatos nuevos, consigue plantillas y cojines que protejan tu pie de posibles ampollas en lo que los traes puestos los primeras veces.
Cuidando y conservando tus zapatos
- Si tienes zapatos que te pones solo en ocasiones especiales, guárdalos en su misma caja para protegerlos del
polvo. Si tienes varios en esa situación, tómales una foto, imprímela y pégala al exterior de la caja, así sabrás que hay en cada caja sin tener que abrirla.
- Ten a la mano un cepillo para calzado para quitarles el polvo. Hay barras con esponja encerada que le dan brillo y cera al calzado. Evita utilizar ceras liquidas, el contenido en agua es alto y daña la piel, agrietándola.
- Esta al pendiente de tu calzado cuando necesite tapas o suela. Esto sobre todo en tus zapatos de batalla. No dejes que tu inversión se eche a perder.
- Para los zapatos tenis, utiliza plantillas con carbón activado. Además de evitar que huelan mal, serán más mullidos y durara mas la plantilla original. Consigue jabón de calabaza o espuma para este tipo de calzado para los que son de forro de piel, así se conservarán por más tiempo. La espuma es más práctica para los de forro de tela. Ahora que si los quieres lavar en máquina, esta muy al pendiente de que las plantillas y suelas no se despeguen. Si eso sucede, hay pegamentos para repararlos o los puedes llevar a un taller.
Tus zapatos hablan de ti, cuídalos para que te recomienden. No los descuides, y te darán un servicio útil por mucho tiempo. Recuerda, eres una Compradora Inteligente.

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