¿Cómo sabemos lo que debemos comprar?
La publicidad viene a ofrecernos una gran cantidad de artículos con su gran variedad de funciones, colores, tamaños y costos. Además, la publicidad nos da a conocer productos que en nuestra vida habíamos considerado. Y ese es el peligro para nosotros. Se nos abre el apetito por cosas que muchas veces ni ocupamos, ni entendemos y ni siquiera podemos costear… pero que llegamos a pensar lo bueno que sería tenerlos para ser como los demás, o mejor aún, ser de los primeros en tenerlos para sentirnos diferentes y llegar a ser admirados.
Pero como dicen los clásicos, no todo lo que brilla es oro, y si deseamos llegar a ser compradores inteligentes, debemos de distinguir entre lo que verdaderamente necesitamos y lo que solo es un deseo que nos puede comprometer económicamente.
Pasemos a distinguir lo que para muchos es obvio, pero que es bueno repasar: la diferencia entre una necesidad y un deseo.
¡Lucharaaán de dos a tres caidas sin límite de tiempooo!
Una necesidad es lo que requerimos para poder vivir, tal como el alimento, agua, aire y así por el estilo. Esto las podemos llamar necesidades vitales, sin ellas, de plano moririamos.
Hay otras necesidades no tan obvias. Por ejemplo, si por nuestro trabajo necesitamos saber utilizar la computadora, el no aprender implicaría perder nuestro empleo. O tal vez donde se vive el transporte público no es confiable (cosa rara, que estamos seguros no pasa donde vives) y por lo tanto necesitamos de un medio propio de transporte para poder cumplir con nuestras obligaciones. Estas serian necesidades prácticas. Todo lo demás viene a caer en la categoría de deseo o capricho.
Los caprichos son costosos por que hacen que utilicemos nuestro arduamente ganado dinero en cosas que no necesitamos y nos privan de lo que si nos es importante. Antes de decidirnos por comprar algo, debemos determinar si es una necesidad legítima o si solo nos estamos engañando para cumplir un capricho. Preguntemonos:
- ¿Por que lo queremos?
- ¿Que necesidad viene a cubrir?
- ¿Afectará el no tenerlo mi calidad de vida o la de mis seres queridos?
- ¿Puedo comprarlo o implicará una carga económica?
Seamos sinceros con las respuestas, estas nos mostrarán que tan maduros somos a la hora de comprar y también nos enseñarán el camino para comprar inteligentemente.
El que aprendamos a distinguir entre lo necesario y lo que no lo es, es lo que nos ayudara a vivir mejor. También no hay que olvidar que no debemos llegar a ser tan estrictos con nuestras compras que no nos lleguemos a divertir, a final de cuentas, de eso se trata ser un comprador inteligente: ser un comprador felíz.

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